domingo, 20 de septiembre de 2009

Venecia sin ti.




Nunca volveré a Venecia. Yo la pronunciaba “Venisss” y a ti te hacía gracia.
No había vuelto a pensar en aquel paseo en góndola hasta esta mañana, al escuchar a Charles Aznavour cantando “Venecia sin ti”.
Me has jodido.
No había caído en la de placeres que me has jodido sin quererlo. No sé qué pensarás tú al respecto. Pero si vuelve a surgirme la oportunidad, nunca podré volver a ir allí. Nunca. Por lo menos con alguien a quien ame como te amaba a ti. Podría ir con una amiga de confianza, incluso sola, pero sería un viaje destrozado, un destino a la nostalgia.
No puedo volver con un amante (te acuerdas de nuestras conversaciones sobre “el amante, aquel que ama”?), me leería en los ojos la ausencia y reconocería cada rincón en el que me diste un beso, algunos robados, como si fuésemos adolescentes.
Te acuerdas de aquella máscara? Sí, aquella que me regalaste atada a mi ropa interior… Todavía la conservo y cuando la descubro (reordenando los cajones de mi cómoda) viene una imagen a mi cabeza que me sigue produciendo calor en el vientre y cosquillas en la nuca… sabes a qué momento me estoy refiriendo, no te sonrías.
Venecia sin ti, dice Charles, es una mierda. Pero más bonito. (lo dice)
Anochecía y nos vestimos tan elegantemente que la gente nos miraba al pasar, el gondolero me sonrió y tú hiciste una mueca con tu sonrisa que le indicó que no volviera a mirar hacia atrás en todo el trayecto. La humedad y el olor nos emborrachó (y la botella de vino rosado) y tú me abrazabas recostado desde atrás. Olías mi pelo y mi nuca, entrelazabas tus dedos en mis rizos y yo te decía que era lo más bonito y lo más romántico que había vivido nunca. Fuimos casi en silencio. Mirando cada puente, la ropa tendida de las casas, las tiendas y los balcones. Yo quería vivir en cada uno de ellos, recuerdas? Y lo que más y mejor recuerdo era la sensación de estar en otro mundo, con el amor de mi Romeo, y mecida por la góndola. Puedo ver las guirnaldas y los focos a media luz, puedo oler Venecia, recordar tus caricias, allí, en aquel instante, recuerdo el sabor de tu boca, el placer que me producían tus manos, abrazándome desde atrás.

Y tu? Tienes algun destino a la nostalgia?


http://www.youtube.com/watch?v=LVq4y-RdGWE











2 comentarios:

Alhy dijo...

Dear Ro,

La sinestesia estalla en mi cabeza. Miles de sonidos, olores, sabores se entremezclan con recuerdos. La nostalgia ha sido mi apellido hasta que aprendí que la alegría no me habia adoptado de repente, sino que siempre había estado alli.

Una vez escribi un cuento sobre un abrazo, porque aquel abrazo contenía un cuento. Llegó inesperadamente, de espaldas, con la excitación de las primeras veces y, al mismo tiempo, con la familiaridad que sólo demostraría una madre o un amante. De repente, "un extraño"...

Gracias por tu e-mail y por volver cuando empieza el frio :)

Kisses tristones pero cálidos ***

Silderia dijo...

¡Qué bonito! snif, snif, ... No puedo decir más nif