lunes, 18 de mayo de 2009

Adiós Mario.


No te quedes inmóvil al borde del camino

no congeles el júbilo no quieras con desgana

no te salves ahora ni nunca no te salves

no te llenes de calma

no reserves del mundo sólo un rincón tranquilo

no dejes caer los párpados pesados como juicios

no te quedes sin labios

no te duermas sin sueño

no te pienses sin sangre

no te juzgues sin tiempo pero si pese a todo no puedes evitarlo y congelas el júbilo y quieres con desgana y te salvas ahora y te llenas de calma y reservas del mundo sólo un rincón tranquilo y dejas caer los párpados pesados como juicios

y te secas sin labios y te duermes sin sueño y te piensas sin sangre y te juzgas sin tiempo y te quedas inmóvil al borde del camino y te salvas

entonces no te quedes conmigo.


Mario Benedetti.


3 comentarios:

Alhy dijo...

Jop, que bajón, Ro. La semana pasada se fueron dos de mis favoritos. Primero Antonio, ahora Mario. Parece una broma macabra, pero las cosas no pueden pasar por casualidad...

No se tú, pero yo me siento un poco más huérfana...

Un abrazo osuno ***

Rocío. dijo...

TÚ me descubriste a Benedetti maga... y desde entonces no paré de buscarle.
Gracias.
Y sobre Antonio... uff... tanta sensibilidad junta. Qué grandes. Ambos dos.

Alhy dijo...

"[...]
Te dejo sin mis dudas
pobres y malheridas
sin mis inmadureces
sin mi veteranía.

Pero tampoco creas
a pie juntillas todo
no creas nunca creas
este falso abandono.

Estaré donde menos
lo esperes
por ejemplo
en un árbol añoso
de oscuros cabeceos.

Estaré en un lejano
horizonte sin horas
en la huella del tacto
en tu sombra y mi sombra.

Estaré repartido
en cuatro o cinco pibes
de esos que vos mirás
y enseguida te siguen.

Y ojalá pueda estar
de tu sueño en la red
esperando tus ojos
y mirándote."


Kisses en espiral, sol